¿Qué sucede en tu cuerpo cuando dejas de entrenar? Descubre el impacto sorprendente en semanas y meses
- Nacho Medina Trainer
- 4 nov 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 1 abr
Mantener un régimen de entrenamiento constante es clave para mejorar tu estado físico, fuerza y salud en general. Sin embargo, a veces la vida se interpone: las vacaciones, lesiones, falta de motivación o simplemente una apretada agenda pueden hacer que dejemos de entrenar por un tiempo. ¿Qué pasa en el cuerpo cuando tomamos una pausa en nuestros entrenamientos? Desde una semana hasta dos meses o más, los efectos de dejar de hacer ejercicio son significativos y afectan tanto tu rendimiento como tu composición corporal.
En este blog, te explicaremos qué sucede en tu cuerpo cuando haces una pausa en tu rutina de entrenamiento, respaldado por gráficos que ayudan a visualizar los cambios en tu fisiología.
1. Después de 1 semana sin entrenar
Cuando dejas de hacer ejercicio durante la primera semana, los cambios son mínimos, pero aún perceptibles. Esto es lo que ocurre en tu cuerpo:
Disminución del volumen sanguíneo: La capacidad de tu cuerpo para transportar oxígeno se reduce ligeramente debido a la disminución del volumen plasmático. Esto puede afectar ligeramente la resistencia cardiovascular (1).
Mantenimiento de la fuerza muscular: Aunque no estás ejercitando tus músculos, estos todavía mantienen la mayor parte de su fuerza y tamaño. No notarás pérdidas significativas en este aspecto tan rápido (2).
Gráfico: Disminución del volumen plasmático en la primera semana
Tiempo sin entrenar | Volumen plasmático (% de reducción) |
Día 0 | 0% |
Día 3 | 4% |
Día 7 | 8% |
Consecuencias:
A nivel cardiovascular, podrías sentir que te cansas un poco más rápido si vuelves a entrenar después de una semana, pero no notarás cambios significativos en tu fuerza o resistencia muscular. Este período de tiempo es relativamente seguro para la mayoría de los sistemas corporales, y tu cuerpo puede recuperarse rápidamente una vez que reanudes el entrenamiento (1).
2. Después de 2 semanas sin entrenar
Al entrar en la segunda semana de inactividad, los efectos son más pronunciados, especialmente si entrenas regularmente.
Reducción de la capacidad cardiovascular: Tu VO2 máximo (la cantidad de oxígeno que tu cuerpo puede utilizar durante el ejercicio) comienza a disminuir notablemente. Esto puede hacer que actividades como correr o andar en bicicleta se sientan más difíciles (1).
Inicio de la pérdida de masa muscular: Comienzas a experimentar una ligera reducción en la masa muscular y en la fuerza, especialmente si tu entrenamiento habitual incluye levantamiento de pesas o ejercicios de resistencia (2).
Gráfico: Pérdida de VO2 máximo en las primeras semanas sin entrenar
Tiempo sin entrenar | Pérdida de VO2 máximo (%) |
Semana 1 | 5% |
Semana 2 | 10% |
Consecuencias:
Tu resistencia cardiovascular se verá afectada, y es probable que notes que te cansas más rápido cuando vuelvas al gimnasio. Si bien la pérdida de masa muscular es leve, la disminución en la capacidad aeróbica es más significativa. Este es un punto crítico para evitar prolongar la inactividad, ya que los efectos empiezan a acumularse (2).
3. Después de 1 mes sin entrenar
Después de un mes sin entrenamiento, los efectos en el cuerpo son más evidentes:
Pérdida de fuerza y masa muscular: Ahora, la pérdida de músculo es notable. Los músculos comienzan a perder volumen y tono, y tu fuerza se reduce en un porcentaje significativo (2).
Aumento del porcentaje de grasa corporal: Al dejar de entrenar, especialmente si tu dieta no cambia, es común ganar algo de peso, principalmente en forma de grasa (3).
Disminución de la sensibilidad a la insulina: Esto puede llevar a una peor gestión de los niveles de glucosa en sangre, lo que puede afectar la energía diaria y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas a largo plazo (3).
Gráfico: Pérdida de fuerza muscular tras un mes sin entrenar
Tiempo sin entrenar | Pérdida de fuerza (%) |
Semana 2 | 3% |
Semana 4 | 10% |
Consecuencias:
Después de un mes sin entrenar, es común que experimentes una notable disminución en tu capacidad de levantamiento de pesas o en la resistencia a ejercicios de alta intensidad. Tu cuerpo empieza a acumular grasa, y la forma física en general disminuye. Recuperar el rendimiento que tenías antes de la pausa puede llevar varias semanas de entrenamiento regular (3).
4. Después de 2 meses o más sin entrenar
Este es el punto en el que los efectos negativos de la inactividad son más notables y difíciles de revertir:
Pérdida considerable de masa muscular: La atrofia muscular es evidente, y se pierde una parte importante de la fuerza que habías ganado. Los músculos pueden haber perdido entre un 20-30% de su tamaño, dependiendo de la intensidad de tu entrenamiento anterior (2).
Gran aumento en el porcentaje de grasa corporal: Si no has ajustado tu dieta, la grasa corporal habrá aumentado significativamente, lo que podría haber cambiado tu composición corporal (3).
Capacidad cardiovascular drásticamente reducida: El VO2 máximo puede haber disminuido hasta en un 20% o más, lo que hace que el ejercicio aeróbico se sienta mucho más difícil (1).
Desregulación del metabolismo: La sensibilidad a la insulina y la eficiencia metabólica están deterioradas, lo que hace que el cuerpo sea menos eficiente en el uso de la energía, aumentando el riesgo de acumulación de grasa y enfermedades metabólicas (3).
Gráfico: Cambios en la composición corporal tras dos meses sin entrenar
Tiempo sin entrenar | Pérdida de masa muscular (%) | Aumento de grasa corporal (%) |
1 mes | 10% | 5% |
2 meses | 20-30% | 10-15% |
Consecuencias:
Después de dos meses sin entrenar, es probable que experimentes una caída drástica en tu rendimiento físico, así como cambios visibles en tu cuerpo, incluyendo pérdida de masa muscular y aumento de grasa. Volver a tu estado físico previo podría requerir varios meses de esfuerzo constante (2, 3).
Impacto de la edad en el entrenamiento
La edad juega un papel crucial en cómo afecta la inactividad a tu cuerpo. A medida que envejecemos, la masa muscular y la fuerza tienden a disminuir naturalmente, un proceso conocido como sarcopenia. Este fenómeno se acentúa cuando dejamos de entrenar, ya que la pérdida de masa muscular puede ser más rápida y severa en personas mayores (4). Por lo tanto, es aún más importante que los adultos mayores mantengan una rutina de entrenamiento de fuerza, ya que:
Previene la pérdida de masa muscular: La actividad física regular ayuda a mitigar la pérdida muscular asociada con el envejecimiento (4).
Mejora la salud ósea: El entrenamiento de fuerza aumenta la densidad ósea, reduciendo el riesgo de fracturas y osteoporosis (4).
Mejora la funcionalidad: Mantenerse activo ayuda a preservar la independencia y la capacidad de realizar actividades cotidianas (5).
Conclusión
Detener tus entrenamientos durante un corto período de tiempo puede ser inevitable, pero entender las consecuencias te ayuda a manejar mejor tu regreso al ejercicio. Mientras que una semana de descanso apenas tiene impacto, los efectos negativos aumentan significativamente después de dos semanas. Después de un mes o más, la pérdida de músculo y de capacidad aeróbica son notorias, y recuperar tu condición física anterior puede ser un desafío.
Lo más importante es recordar que la consistencia es clave, y aunque los descansos a veces son necesarios, regresar a tu rutina lo antes posible te ayudará a minimizar los efectos de la inactividad. Ajustar la dieta y realizar ejercicios ligeros mientras estás en pausa también puede ayudar a reducir los impactos negativos.
Bibliografía
Mujika, I., & Padilla, S. (2000). "Detraining: loss of training-induced physiological and performance adaptations. Part I: short term insufficient training stimulus." Sports Medicine.
McMaster, D. T., et al. (2013). "The effects of detraining on power athletes." Sports Medicine.
Powers, S. K., & Howley, E. T. (2017). Exercise Physiology: Theory and Application to Fitness and Performance.
Rosenberg, I. N. (2011). "Sarcopenia: a key component of frailty." Journal of the American Geriatrics Society.
O'Sullivan, D. M., et al. (2018). "Physical activity and health in older adults." Journal of Aging and Physical Activity.
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